Cabeceros Infantiles
Combinados con nuestras distintas camas, los cabeceros infantiles permiten crear multitud de combinaciones diferentes, eligiendo colores y añadiendo barandillas si son necesarias, de modo que podamos crear ese espacio único para nuestros hijos. Un espacio que, siguiendo las pautas de la filosofía Montessori, sea accesible, les haga sentirse a gusto y seguros, favoreciendo con ello su autonomía y libre movimiento.
Cabeceros infantiles para camas
Nuestros cabeceros para camas infantiles son un elemento que nos puede ayudar mucho para adaptar la pedagogía Montessori a la hora de organizar la habitación de nuestros hijos y crearles ese ambiente seguro, adaptado a sus necesidades y armónico que queremos ofrecerles, aspectos básicos de todo mobiliario Montessori.
Estos cabeceros pueden utilizarse tanto con una estructura de cama a ras del suelo o, sencillamente, junto al colchón, lo que los hace muy versátiles.
Aparte de la función decorativa y estética que tienen, también hay que destacar su función práctica, ya que protegen las paredes de la suciedad y las rozaduras y las almohadas de las caídas, a parte de favorecer el apoyo en el caso de que nuestro hijo quiera estar sentado jugando o leyendo un libro.
Cabeceros infantiles de madera y alta calidad
Desde Minicama os ofrecemos el Cabecero Infantil Castillo y dos modelos diferentes de Cabecero Infantil Casita, de modo que se puedan adaptar al estilo y necesidades por tamaño de la habitación que queremos decorar. Son realmente versátiles.
Todos nuestros cabezales están fabricados con madera de pino de alta calidad, un material que se asocia con la calidez y la naturaleza.
Su diseño es minimalista y, lo que es más importante, pueden combinarse perfectamente con la mayoría de nuestros modelos de cama, como Tatami Classic, Tatami Easy, Tatami Basic, Simpleza…
Medidas y tamaños de los cabeceros para cama
Están disponibles en todos nuestros tamaños de camas infantiles (de 70, 80, 90 y 105 cm) así como en los siete acabados que ofrecemos (madera natural, madera barnizada y los colores blanco, gris, rosa, menta y verde olivo). Nuestra madera la tratamos exclusivamente con barnices y pinturas ecológicas, con base al agua y no tóxicos.
Bajo pedido es posible adaptar el cabecero deseado a la medida de otras estructuras de cama, o también pintarlo de forma personalizada utilizando, por ejemplo, dos colores diferentes, haciendo mucho más fácil combinarlo en cualquier rincón infantil.
También es fácil crear un entorno muy acogedor gracias a nuestra Estructura Casita para colgar en la pared. Consiste en la silueta de una casita que cumple una función decorativa de corte minimalista y estilo nórdico. Hay dos modelos disponibles: Cabezal y Lateral. Es posible añadir una chimenea a ambos modelos o también una bonita ventana al modelo más largo. Al igual que los cabeceros, la Estructura Casita está disponible en todos los tamaños y acabados de nuestras distintas camas, combina perfectamente con todos los modelos de cama Tatami.
Cabeceros prácticos y versátiles
Una cualidad muy apreciada en la Estructura Casita es que además de usarse junto a la cama, también puede utilizarse para crear un rincón con encanto, ya sea en el mismo dormitorio o en la sala de juegos. Es posible transformarla en un marco donde colocar estanterías o colgar fotos, cuadros y pinturas. Se trata de diseños que buscan la sencillez, ayudando a inspirar y sugerir, estimulando la imaginación, combinando además muy fácilmente con el resto de elementos de la habitación infantil.
Otra gran ventaja es que no es necesario que vayan fijados a la cama. De esta forma, podremos retirarlo de forma sencilla una vez crezca el niño o si deseamos cambiarlo de habitación en la casa.
Con estos cuatro productos de Minicama combinados con nuestras distintas camas, todos fabricados de manera artesanal y siempre con materiales de la más alta calidad, se pueden crear multitud de combinaciones diferentes, eligiendo colores y añadiendo barandillas si son necesarias, de modo que podamos crear ese espacio único para nuestros hijos. Un espacio que, siguiendo las pautas de la filosofía Montessori, sea accesible, les haga sentir a gusto y seguros, favoreciendo con ello su autonomía y libre movimiento.